Cuando la vi por vez primera era un adolescente al que encantaba Steve McQueen. Faye Dunaway -por el contrario- estaba muy alejada de lo que consideraba una mujer atractiva a esa mi edad.
Me equivoqué de medio a medio...
La escena de The Chess Game es un ejemplo de ello. La secuencia es una obra maestra, la plástica de cada fotograma... La música también, y ella inimitable.
No he encontrado otra versión completa de la escena -por eso los caracteres en cirílico-. De la música del genial Michel Legrand hay muchas otras más completas.
Quizás por eso Pintado, de ahora en adelante, invite a jugar como preludio una partida de ajedrez... Aunque antes tendrá que aprender.
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