Así, casi, titula D. Leopoldo Abadía su artículo semanal en El Confidencial.
PEREZOSO ¿POLITICO ANCLADO AL PUESTO? |
Cada día millones de españoles nos desayunamos con una noticia mala y las demás también, asomándonos a un abismo que de conocido y entrañable empieza a atraernos, como canto de sirenas, y encima nadie, señalo nadie, es capaz de aportarnos el más mínimo apunte de cómo y cuándo acabará esto. Pues bien, D. Leopoldo, hoy nos aporta una pequeña alegría que, aunque dure poco, Dios no lo quiera, alegría es, al fin y al cabo.
Queda por meter mano a la casta política y al esquema de Estado que se ha demostrado fallido después de servir durante treinta años al propósito de los que nunca creyeron en España. Asumo con disciplina los recortes que me tocan, el incremento de mis cargas y la necesaria austeridad en mi vida diaria. Pero, de la misma manera, exijo la desaparición de tanto político –de carrera y contratado, por voluntad propia o por enchufe- que en este momento supone una carga encima del carro del que tiro. Exijo también la desaparición del estado de la autonomías, y hago mio el grito que está en la calle, el que quiera autonomía que se la pague con su sudor y trabajo. Yo estoy dispuesto a tirar por España, pero en absoluto en nombre de ninguna de las diecisiete autonomías, que ni me definen, ni me alimentan –ni cuerpo, ni sueños-.
No estoy dispuesto a malograr el futuro de mis hijos –que es el de los hijos de los demás- a costa de las prebendas de aquellos que ni siquiera soñaron en estar donde están.
Lo digo con propiedad, he nacido y vivido en Andalucía, he vivido en Galicia, Castilla La mancha y Madrid, además de en un par de países de Latinoamérica, y sólo me siento español. Sobre todo ahora que vivo en un país pobre, de solemnidad, esta España que me posee el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario