Una sorpresa encontrarme al otro lado del Caribe con el
alter ego cubano de Pintado, el teniente Mario Conde.
No conocía las novelas de Leonardo Padura ni tampoco,
evidentemente, a su personaje Mario Conde, un desencantado teniente de la Policía
Nacional cubana, escritor frustrado, bebedor de ron y fumador de cigarrillos,
enamorado compulsivo, intuitivo y pasional. Un tipo que quedó varado en la
Habana y que a falta de otro horizonte
hace de la isla su universo único.
A falta de la lectura de los libros he empezado con la
versión cinematográfica para Netflix. Todo un regalo que estoy disfrutando este
miércoles feriado en Venezuela.
Hoy toca Credence Clearwater revival...
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