No
sabía cómo denominar esa mirada con la que vivimos (el escenario vital) los sucesos del presente que
han pasado una y otra vez y pasarán muchas más. El escenario es siempre el mismo y en él se desarrollan historias diferentes, porque sus protagonistas lo son.
Leía la
entrada semanal del maestro Perez Reverte, “El adiós de Hector”. El escenario
vital cualquier país en Guerra… Y este escenario desencadena reacciones arquetípicas, prácticamente
comunes en el tiempo y en el espacio, por muy diferentes que seamos sus
protagonistas. Y este escenario propone
reacciones diferentes en cada plato de la balanza: lo peor y lo mejor del ser
humano. En la Guerra siempre alguien defiende lo que otro pretende y siempre se pretende lo que causa la felicidad del otro.
Exactamente como en el Amor, las reacciones: los celos, la mentira y la
traición contrapuestos a la entrega, la pasión y la dulzura… La escena es la
violencia que arrasa con lo cultivado con esmero durante años en unos segundos
de impericia.
Y en lo
uno y en lo otro, la Mirada Crónica, me lleva a pensar como el maestro Perez
Reverte en Troya…
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