Mi vida:
lo cotidiano llegó, despacio, sin sentir… A pesar de esperarlo, como las
cumbres que perseguimos al paso y se alejan, ocupó todo nuestro espacio de pronto… Mi
ropa por planchar, las sabanas que no ensuciamos, la cocina por recoger, la tabla de cortar el pan, esos muebles horrendos que todavía no estrenamos, cada rincón de nuestra casa
por conocer y sentir, dónde escenificar caricias y recoger en el espacio común besos
y abrazos…
Mi
vida: Tu mirada al iniciar cada día fugaz, cada día que acaba antes de empezar,
cada día que deseamos no empiece para que no acabe… Tus caricias pidiéndome la
cara prestada, tus saltitos, al tiempo que chasqueas tus dedos y agitas tus hombros,
tu boca pidiéndome la mía, mi boca persiguiendo la tuya. Tus dedos escondiendo
nerviosos las formas que los años nos entregan y delineando las arrugas en mi
frente, los míos persiguiendo tu cara, grabando tu geografía en mi piel…
Mi vida…
La cotidianidad… La abejita que te pido destierres en tu mente… Porque la mía
solo tiene espacio para ti…
Poema... Rafael Galdón... Cartas a La Rusa
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