Me tropecé con Bayly por casualidad, viendo la entrevista que le hizo al “joven” candidato a la presidencia de Venezuela Hugo Chávez en 1998 -de la que por cierto pidió perdón una vez la nata sobrenadó la leche-.
Enseguida me gustó el humor socarrón del peruano, su ironía más allá del bien y del mal. Un tipo sobrado, de esos que difícilmente le gustarían a Pintado y que sin embargo provocarían su sana envidia… o no tan sana. Propietario de una biografía interesante, es un chico malo de esos que seguramente se han pasado y se siguen pasando todas las reglas por el arco del triunfo y, al mismo tiempo, lo reconoce.
Al margen de sus programas -muy al gusto de la televisión americana- late nights, de su controvertida trayectoria como político y polemista, de su azarosa vida personal –entrando y saliendo del armario según le peta-, es un escritor interesante.
Acudí atraído, como mosca a la miel, a su última novela “Morirás Mañana”. No me defraudó, ni el estilo ni los dos personajes principales: Javier Garcés –un golem de él mismo- y Alma Rossi –un Frankestein femenino hecha a recortes con el alma de todas las mujeres que han sido y serán-. A veces reiterativa, procaz y escatológica, es sin embargo brillante, ágil y sugerente.
Para leer durante la crisis de los cincuenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario