Me resisto a escribir hoy algo que tenga que ver con la inacabable tormenta que navegamos. Por eso vuelvo, una vez más, mi vista al Cine. Todo lo demás son historias…
Semanas atrás mencioné Lantana con ocasión del bolero de Celia Cruz “Te busco”
Leon Zat, el personaje al que da vida en la película Anthony LaPaglia, me sirvió para entender, aunque quizás sea mejor decir tolerar, el laberinto en que se mueve continuamente perdido Pintado, esa senda que este bordea continuamente amenazando con caer en la locura una novela de estas.
Estrenada en 2001, es una película imprescindible. Una trama lineal, la búsqueda de una mujer desaparecida, da pie a varias historias entrelazadas en las que los personajes no dejan de entrar y salir, como en una estación de metro en hora punta, buscándose sin saberlo, encontrándose sin quererlo, rehuyéndose sin conseguirlo.
Una alegoría de las relaciones en estado puro: amor, envidia, desencanto, desengaño, infidelidad… Un retrato de la condición humana lleno de ternura y pasión. La búsqueda de la senda abandonada. Una mirada crítica a lo que hacen las personas cuando intentan reencontrarse con los deseos perdidos y los sueños rotos. Por definirla en pocas palabras más… Una película espejo.
El final, con la canción de Celia Cruz de fondo, deja entrever la redención de algunos personajes y la condena de otros… A elegir cada cual.
PS: Lantana es el nombre de un arbusto que en España se llama banderita española y en Venezuela cariaquito.
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