En nuestro país hay muchas cosas políticamente incorrectas. La bandera, la memoria histórica –según qué color-, el himno. Hay palabras inadecuadas, que se deben pronunciar en el silencio de la mente, o en la intimidad de la covacha: Patria, Dios –sea el que sea-, España, País…
El otro día, un muchacho que no había cumplido 20 años, inteligente por lo que le barrunto, estudiante todavía, y no mala persona, expresó delante de mí, como si de una banalidad se tratase, España se está yendo al carajo. Lo dijo, a mi me lo pareció, con sorna, como si no le fuera nada en ello.
Algo, o mucho, hemos hecho mal, para que uno de los tripulantes de la galera así se exprese, sin entender que si ella se hunde, todos nos vamos al carajo, sin alternativa.
Me gustaría creer que tras ver mi expresión, ese muchacho reflexionó, y quizás pensó que lo correcto es, en este momento, determinar lo que cada uno puede hacer para que España no se vaya al carajo…
La escena final de Alatriste es premonitoria, y expone con crudeza y claridad la forma de ser de un pueblo. No es una obra perfecta, pero qué lo es estos días… Si lo piensan hay muchas semejanzas entre aquel siglo de oro, y estos años de...
PS: El muchacho es mi hijo, y por eso me dolió el doble. La entrada va para él… Y por cierto, Eduard Fernandez que hace de Santiago Copons, el bajito que se cae al final, cuando ya no puede más, le da un cierto aire al Legia Mazarro, aunque con un poco de más pelo...
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