Esta semana están sucediendo cosas que son de vital importancia para todos nosotros.
No me refiero a la clasificación para la Eurocopa, por mucho que sea una enorme alegría para el país y una señal necesaria para calmar nuestro espíritu. Me refiero al resultado de la cumbre europea que se está celebrando estos días.
Me he levantado hoy con una noticia que llevaba tiempo esperando, pareciera que, por fin, las necesidades de España e Italia van a ser atendidas de modo leal por sus socios en vez de poner el pie para que tropiecen y se hundan en la bancarrota –como si el traspiés no implicara asimismo la destrucción de la Europa del Euro-.
De momento son buenas noticias, aunque quedan por concretar y asumir las consecuencias de la letra pequeña que necesariamente habrá. Las condiciones bajo las cuales se hará la recapitalización de las economías, de momento, parecen ser acordes con la lógica de intentar apaciguar los ánimos y sobrevivir la tormenta perfecta que se desató hace meses contra nosotros.
Hoy toca felicitar a Mariano por su impasibilidad ante la visión del abismo y pedirle templanza para continuar, porque tengámoslo claro el abismo sigue ahí esperando engullirnos tan pronto mostremos debilidad…
Y de paso, España, el domingo a por ellos… que son pocos y nos tienen miedo…
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