Intento capear el temporal iniciando travesías que avienten mi espíritu al margen de la tempestad que nos rodea. No deja de ser una puerta falsa, pero de momento me permite salir a la calle cada día y otear el futuro, como lo hace mi perro cada tarde cuando lo saco a pasear.
De alguna manera es una suerte de exorcismo para ahuyentar al diablo que todos llevamos dentro.
Por eso he comenzado la tarea de la próxima novela. Los dos primeros pasos son por un lado visualizar la historia, a grandes trazos y por el otro perfilar los personajes principales. El título cae solo. Y una vez vista la foto del niño, y con la inscripción en el registro civil, inicio la aventura.
De momento he alumbrado al héroe, un tal Rafael Galdón. A la buena/mala, de momento no lo he decidido, una mulata llamada Rosa Pérez. Y el malo. Theodore Rooselvelt va ganado de momento por goleada para hacerse con un hueco en el once titular, aunque sin lugar a dudas aparecerá otro más castizo para ocupar el lugar de honor del malo, malísimo…
La novela se llamará Regreso a la Habana y se desarrolla entre los convulsión patria de la guerra de los diez años y la guerra de la independencia cubana.
Pues bien, y de ahí el título de la entrada, el yanqui se las trae. Por lo poco que me voy enterando, a pesar de haber ingresado en la historia oficial como un presidente amado y progresista, el angelito hizo de todo… Sirva de ejemplo el hecho de que habiéndose creado el sistema de parques nacionales durante su mandato, sin embargo participó activamente en la aniquilación del búfalo americano y bajo la etiqueta de la investigación científica encabezó safaris en los que se ventiló a cientos de grandes piezas.
De todas formas eso es peccata minuta, me centraré en su relación con William Randolph Hearst y su etapa de jefe militar de los Rough Riders en Cuba.
En cualquier caso lo haré con sumo cuidado no me vayan a mandar a un grupo de Navy Seals en mi búsqueda, o me ingresen en la lista de los criminales más buscados…
Ciega Historia, ya se sabe. Resulta que mucho más que la Justicia, que por lo que voy viendo tiene más de sorda que de ciega, y si no que se lo pregunten a Divar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario