Europa asemeja a un gigantesco parque
temático con 27 atracciones diferentes, cada uno de los 27 países miembros que
constituyen la UE.
A pesar de las dificultades, de la crisis que asoló las economías
mundiales a partir de 2008, nada es comparable a la perpetua crisis que asola
algunos países de los otros continentes, en particular Asia, África y América –los
tres que empiezan por A-.
Este mes he disfrutado de un viaje por
Bélgica y Holanda y de unos días en España. A cada paso que daba me maravillaba
del aparente bienestar que se respira en las calles de cada ciudad que visité,
repletas de turistas que paseaban y disfrutaban, como yo mismo, de ese enorme
parque temático.
Admirando las ciudades belgas y holandesas
que recorrí, sus infraestructuras, las industrias que salpicaban la geografía,
las granjas, etc. Sabiendo que fueron asoladas por batallas y enfrentamientos
bélicos en dos guerras mundiales, las que se libraron en sus campos y calles,
pensé que los europeos se podían sentir orgullosos de este enorme espacio
político y social que había permitido semejante desarrollo y bienestar.
Pensé en la suerte que había tenido de nacer
en España y por tanto de compartir ese espacio y disfrutar de las prebendas de ser europeo.
Sin embargo la Crisis de los Refugiados
procedentes del Este –Siria, Afganistan, cualquier de los países presionados
por la salvaje guerra del Islam- y del sur -en este caso por la miseria, el
hambre y las guerras fratricidas en África- dejan en evidencia la falta de
fibra social de la sociedad de los países privilegiados.
Mi reacción primero fue algo tibia viendo las imágenes de los refugiados afganos e las puertas de la estación de trenes de Budapest a la espera de tomar un tren para Alemania. Mi reacción fue terrible cuando vi la foto del cadáver de un niño de tres años llamado Aylan Kurdi en una playa Turca.
Ante este escenario no podemos quedar pasivos,
porque hace sesenta años los ascendientes de los europeos que hoy disfrutan del
bienestar estaban en la misma situación… Y todo eso me hace sentir una profunda
vergüenza de mi condición de privilegiado que vivo y disfruto de este
gigantesco parque temático…
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