Casi con el susurro de Danny de Vito en L.A
Confidential, les voy a confesar un secreto que tiene que ver conmigo y con
Guillermo Francella. Cada vez que estoy aburrido y desconectado del mundo
cotidiano me pego un youtubazo de Poné a Francella… No sé por qué, pero me
reconforta la sonrisa de complicidad del personaje, me
devuelve a la vida. No sé por qué, quizás porque durante mi estancia en Buenos
Aires viví lo más cercano a la felicidad que experimenté en mis cuarenta, quizás
porque envidiaba los cuarenta de Francella en los sketches de “Es una nena”, “Sambucetti”,
“Ojitos Azules” y sobre todo de “Cuñados”. Cualquiera de ellos es prescribible
si se sienten jodidos, créanme y háganme caso…
Glosé a Francella un par de veces anteriormente
y no será esta de ahora la última.
Lo admiré en El Secreto de sus Ojos y me
gustó en Atraco. La primera la repito cada año, como hago con: El mundo en
sus Manos, Blade Runner, Bullitt, Rockanrolla, El Último Mohicano o
pongamos con No habrá Paz para los malvados… Pintado tiene algo de cada uno
de los protagonistas de todas esas películas –menuda mezcla, verdad?-, de Francella
en El Secreto de sus Ojos: la postrera lealtad de Pablo Sandoval, como también algo de
la tenacidad y quizás de la melancólica pérdida del amor del Benjamín Espósito de Darín.
La segunda no admite segundos pases: lo hice
y Merello ya no funcionó. Me preocupé, pero esperé por sus nuevos trabajos, no
podía dejar que la pequeña fracción de Pintado en común con Francella muriera.
Afortunadamente sus dos últimas películas
estrenadas -dos comedias inteligentes: Corazón de León y El Misterio de la Felicidad-
me han devuelto la alegría y por diferentes motivos.
Corazón de León. León Godoy, el arquitecto
minúsculo, no admite el fracaso. Podría parecer un personaje improbable, pero
la vida me ha puesto por delante ejemplos de personas con el coraje y las ganas de vivir, y
hacerlo con la elegancia con que lo hace el arquitecto es envidiable, de Godoy.
Cuando lo vi, supe que Pintado también tenía derecho a una segunda oportunidad
y a enamorarse de la mujer improbable. Que tenía derecho a hacer crecer su
corazón más allá de su parálisis. La Comedia no tiene desperdicio y se resuelve
sin que la singularidad física del personaje sea objeto de mofa en ningún
momento. Es un canto a la vida y al esfuerzo por superar las adversidades.
El Misterio de la Felicidad. Quizás alguien
me pueda decir que no desarrolla las posibilidades del argumento hasta las
últimas consecuencias. Sin embargo yo diría que la forma simple en que resuelve
la búsqueda del Dorado personal de los tres protagonistas es magistral. Dos
personas que buscando a una tercera se encuentran a ellos mismos y además el
amor tanto tiempo perdido, me parece una brillante solución, donde la luz que
surge del amor entre los socios plantados supera a la terrible desesperación
del abandono. La pérdida conduce al encuentro de la felicidad. El día a día de Pintado
tiene algo de la mecánica rutina de Santiago. Su búsqueda debería tener la
recompensa del encuentro de Inés. La escena del baile magistral.
Las dos películas, supongo que por
coincidencia, tienen una escena final en una playa brasileña. Supongo que
Pintado deberá tener una escena final con La Rusa en una playa brasileña.
Supongo…
Aunque Pintado, ya lo saben, no tiene los
Ojitos Azules de Francella…
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