SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


domingo, 8 de noviembre de 2015

CARTA A MI HIJO


Hace siete años estaba en Argentina y nos anunciaron el regreso a España. Entonces le escribí una carta a mi hijo. No sé si la leyó. Muchas cosas que le dije permanecen... Por eso hoy he querido publicarla, por si alguien se la lee.

Querido José Manuel, Hijo
El sol se refleja en la fachada del fondo, sus rayos devueltos por la pared entran tímidos por la ventana y el silencio envuelve todo alrededor como manto sutil y delicado. Todavía no os habéis despertado y aún existe esa calma que invita a abandonarse en ella.
Es una buena oportunidad para decirte cosas que no te digo normalmente. Desconozco los testigos de esta declaración, no les veo las caras, pero me importa más la tuya. Todos estos años he añadido a tu vida incertidumbre. Y raramente te he desvelado esas incógnitas que un día deseé que a su vez me despejaran. Tengo dudas –la duda es humana, y como padre soy humano- de que finalmente haya merecido la pena tanto cambio, aunque también la esperanza de que un día el resultado se despliegue delante tuya, en la madurez que está por llegar.
Nuestra relación es difícil, a veces imposible. Cuando comento esto me dicen que es normal, pero yo creo que no lo es. Entonces me entran ganas de gritarte que te quiero, que te amo y que te necesito... Hijo.
Quiero recordar cuando eras pequeño, busco fotos de ambos, momentos, instantes... Sólo encuentro imágenes tuyas con tu madre, con tu hermana, con tus amigos, con... Pero no conmigo. He perdido muchas oportunidades contigo, demasiadas... Pero cada oportunidad perdida es un rastro en la memoria y un deseo en el corazón... El de encontrar otra.
Vinimos a la Argentina siguiendo la estrella que siempre nos guió. No es la más rutilante, ni la más brillante, ni la más conocida... pero es nuestra estrella, la que distinguimos en el firmamento, la que miramos cuando es noche cerrada y las demás no están. Ahora esa estrella nos saca nuevamente de nuestra seguridad, del entorno que los días han hecho conocidos y familiares, y de nuevo tus amigos, tus certezas, tus cosas se quedan atrás. Pero otras certezas vendrán.
Me pides ser partícipe de las decisiones. Es justo. Pero a veces no es posible, porque ni yo mismo puedo. Pero la certeza que se obtiene de la elección no es la única posible. Hay elección si hay libertad, y la libertad, Hijo, hay que conquistarla, hay que merecerla. Y en eso estás. Y en eso estamos...
De nuevo tenemos otra oportunidad, nuevos amigos, que se añaden a los antiguos, porque los amigos no desaparecen quedan, anclan tu vida y tus recuerdos, tapizan tu experiencia, te aseguran un lugar en el universo, y en la pequeña historia de los seres humanos.
No te engañes Hijo, todo en este mundo exige esfuerzo. Nada que valga la pena se encuentra sin pesar, pero el pesar es temporario, mutable y gozoso cuando al fin se consigue el objetivo –busca el tuyo-. Por eso, de nuevo, debo pedirte el cambio. Navegar hacia algo desconocido, sin prometerte –que no puedo- arribar a puerto seguro, pero es que Hijo, tú eres marino, navegante de deseos y buscador de quimeras, que tu vida -en eso tienes la suerte de los héroes y la de los pioneros- está llena de aventuras.
Comparte hazañas con tus amigos, navegantes como tú de esta singladura incierta que es la vida. Brazos fuertes, y mirada clara, las armas del marino.  Queda con ellos en puertos lejanos y haced del universo el mar de los humanos... Vuestro Mar, el Nuestro.

Te quiero.

LOS DIAS SIN TI. Poema... Rafael Galdón... Cartas a La Rusa.


Por quererte, la vida divides, contigo y sin ti…
Cada día sin ti, se me hace eterno 
Cada día sin ti, parece desvanecerse en la nada, egoísta y vacío
Cada día sin ti, bajo al Averno
Cada día sin ti, mi alegría, esa que tu pones, en la miseria desaparecida clama
Cada día sin ti, mi furia enerva y mi rabia crece, torpe y tosco, garrote de tu espíritu
Y esa torpeza deja entrar en tu morada el odio que como el viento barre nuestro amor 
Cada día sin ti, mata un pedacito de mi alma, el mismo que anhela tus besos y necesita tus caricias.
Cada día sin ti, mi sonrisa lleva y  mi gesto ensombrece, porque mi vida sin ti no soy nada
Porque mi vida, sin ti, no siento nada.
Porque mi vida, cada día sin ti, muriendo mi alma, ni siquiera hay llanto que consuele la pena que ahoga mi garganta, la misma que anhela tu dulce boca para saciar la inmensa sed que siento.

Porque mi vida, contigo, quiero, porque mi vida, contigo, odio…Los días sin ti...

SPECTRE


Nueva entrega de la saga Bond: Daniel Craig, algo más contenido que en las anteriores, sigue sin mostrar una sonrisa y sus ojos azules, pequeños y limitados, sin expresar nada casi. Christoph Waltz interpreta un villano sin alma, perdido en algún lugar de su locura, prescindible, nada que ver con los dos anteriores. La chica, Léa Seydoux, no traspira la sensualidad exigible a la elegida de Bond, la chica mejicana del principio o cualquiera de las chicas de los créditos está mucho mejor. Monica Belluci, bellísimas arrugas mínimas y piel de seda antigua, a la que apenas conceden unos breves minutos, no tiene opción de calentar el ambiente ni siquiera durante los segundos que le conceden en lencería negra. Ralph Fiennes el mejor M de la historia… Mejor que Judi Dench de la que siempre pensé no debía haber salido de su veraneo en Benidorm…
Con todo me ha gustado más que Skyfall escena de arranque incluida…

Al llegar a casa del cine me encontré con una fiesta en el apartamento de arriba. Trajes de etiqueta y combinación de traje largo y corto en las señoras. Funcionarios de la embajada británica y sus invitados celebrando el estreno de la película… Uno de ellos con smoking y chorreras y botella de Moet en la mano. Luego, sólo en la terraza de mi apartamento, pude contemplar al fondo cerca de la Plaza Altamira fuegos artificiales… Nunca pude pensar una noche de estreno Bond como la de ayer. 

miércoles, 4 de noviembre de 2015

ESA SONRISA DULCE. Poema... Rafael Galdón... Cartas a La Rusa


Dejaste los tacones al lado y tu cuerpo flotó hacia mi destino
Saltos y piruetas de tu cintura prendidos
Tu risa escapando hacia mi cuerpo
Recibo el impacto de tu cariño
En mis brazos te llevo, de mis manos rendida
En mis besos te escondes, en mis palabras te elevas
Las flores que tu trajiste, abiertas su aroma dejan
Susurros que quedan en el aire detenidos
Los míos apenas se esbozan en mis ojos sometidos a los tuyos
Y de la comisura de tu boca prende esa sonrisa dulce que me sometió…

martes, 3 de noviembre de 2015

LAS COSAS MAS SIMPLES. Poema... Rafael Galdón... Cartas a La Rusa


Oír tu voz mientras sujeto tus manos entre las mías y siento el roce de tu pierna reposando sobre mí.
Decirte lo que pienso, lo que quiero, lo que temo, sin miedo a romper nada.
Dar pasos de niño en mi aproximación a ti, aprender de cada caricia y de cada sonrisa esbozada.
Beber el último sorbo de tus labios y darte de comer pedacitos pequeños.
Mirarte y suspirar.
Suspirar y mirarte.
Esperar un beso más en mi cara, esa que te presto con usura.
Buscar entre las luces que titilan a lo lejos el albergue de tu cuerpo hasta la madrugada.

Son las cosas más simples las que me acercan a ti…

lunes, 2 de noviembre de 2015

A 15.000 PIES DE ALTURA SOBRE EL MAR CARIBE


Aunque la mañana es cálida la brisa que sopla desde Occidente alivia el ambiente,  lo suficiente para tener una agradable sensación de frescura. Los petroleros, cuyas proas enfilan la bahía en dirección al Morro, salpican de rojo y blanco el inmenso panorama turquesa sin iluminar todavía que tengo por delante. Miro el mar en la lejanía y no olvido las palabras que Pintado me dijo ayer: “Toqué la punta de su nariz, como si lo hubiera hecho toda la vida, como si aquel detalle de familiaridad fuera suficiente para granjearme la confianza que ella no acaba de concederme”.
Acabo de abordar el aparato, un Jetstream 3100 de 19 plazas, que despega rumbo a Caracas con cuatro compañeros y la tripulación. Abajo queda la bahía y sus petroleros salpicados, Puerto La Cruz, Barcelona, Lechería, Guaraguao y Jose con sus cielos de amanecida incendiados todavía por las antorchas de los mejoradores…
Ya surco el cielo, Pintado se quedó en la costa, algo anda haciendo por la zona de Santa Fe, me ha comentado que debido al tal Padrón. Es fácil esconder los fardos de mercancía en cualquiera de las ensenadas desiertas que hay en el Parque Mochima, si cuentas con la complicidad de los pescadores, los únicos que transitan a diario los kilómetros de costa que hay entre Puerto La Cruz y Cumaná, o de las pocas embarcaciones operativas de la guardia costera bolivariana.
Le sigo dando vueltas a sus palabras. Estoy seguro que me las ha dicho por La Rusa. No me ha contado mucho, lo que pasa entre ellos queda entre ellos, ni siquiera sé si ocurrió entre sábanas o frente a una mesa mientras comían, cenaban o tomaban una copa –los dos son de momentos íntimos-.
Le pregunté, pero nada me aclaró. Debo imaginar la escena. Quizás ella se sintió sorprendida, quizás un deja vu, la ternura paterna para con una niña ya de entrada independiente, muy segura de ella misma, muy insegura de los demás… No puedo imaginarme a La Rusa de niña, como tampoco a Pintado de niño. Hay personas que nunca tienen infancia, quizás porque su madurez es tan omnipresente que no somos capaces de imaginar cómo se construyeron esas personalidades en el tiempo. Y el origen del camino no es ajeno al destino en que nos los encontramos.
El ruido de los motores es el dueño en la cabina, traquetean, se esfuerzan por girar a la velocidad necesaria para mantener este panzudo de alas cortas en el aire…
Imagino el tacto de la punta de la nariz de La Rusa entre los toscos dedos de Pintado, un leve roce, el giro de la cara, el estremecimiento del cuerpo de ella y los ojos de los dos enredándose al mismo tiempo, la resistencia al principio, la leve sonrisa de ella que al esbozarse le da a Pintado el derecho de acariciarle la cara con dulzura. El silencio de los amantes que buscan construir lo cotidiano con detalles…

Y mientras pienso en ellos, sin cotidianidad y sin detalles, las nubes se deslizan perezosas y silentes junto a la ventanilla, a 15.000 pies de altura sobre el Mar Caribe…

domingo, 1 de noviembre de 2015

TROYA. LA MIRADA CRÓNICA. EN LA GUERRA Y EN EL AMOR.


No sabía cómo denominar esa mirada con la que vivimos (el escenario vital) los sucesos del presente que han pasado una y otra vez y pasarán muchas más. El escenario es siempre el mismo y en él se desarrollan historias diferentes, porque sus protagonistas lo son.
Leía la entrada semanal del maestro Perez Reverte, “El adiós de Hector”. El escenario vital cualquier país en Guerra… Y este escenario desencadena reacciones arquetípicas, prácticamente comunes en el tiempo y en el espacio, por muy diferentes que seamos sus protagonistas. Y este escenario propone reacciones diferentes en cada plato de la balanza: lo peor y lo mejor del ser humano. En la Guerra siempre alguien defiende lo que otro pretende y siempre se pretende lo que causa la felicidad del otro.  
Exactamente como en el Amor, las reacciones: los celos, la mentira y la traición contrapuestos a la entrega, la pasión y la dulzura… La escena es la violencia que arrasa con lo cultivado con esmero durante años en unos segundos de impericia.

Y en lo uno y en lo otro, la Mirada Crónica, me lleva a pensar como el maestro Perez Reverte en Troya…