SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


domingo, 25 de noviembre de 2012

UN DIA EN LA VIDA DE LA NOVELA

Hoy me toca una entrada sin contenido "literario", apenas un testimonio, la traza insignificante de la vida de una novela, que como cualquier humano, siendo singular se pierde rápidamente entre millones, el inexorable juicio de los números.
Hace unas semanas decidí proceder con el proceso de publicación: revisé una vez más el texto -siguieron saliendo faltas y defectos, como esos pequeños insectos que se deslizan de entre los armarios y recovecos de las casas antiguas-, contraté la obtención de los datos de registro y remocé la portada, buscando que fuera más atractiva.
Casi hemos terminado, la novela está registrada, ya tiene sus etiquetas legales y verá la luz, tinta sobre papel al fin durante estas navidades. En unos días, como siempre, los demás se convierten en jueces de mis deseos.
Luego que crezca como Dios le de a entender…



No hay comentarios:

Publicar un comentario