SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


martes, 14 de agosto de 2012

EL TIEMPO QUE ME SOBRA. Una cuestión de física cuántica.


Han sido varios los amigos, o conocidos, que ante la invitación a compartir lo escrito en este blog me han soltado eso de: ¡No sé como tienes tiempo para esas cosas!
Alguna que otra vez el comentario me ha parecido hiriente. No obstante soy consciente se debe ser condescendiente con ese tipo de aseveraciones porque el tiempo aún en su aspecto intangible es un bien susceptible de ser gestionado con economía. La forma en que lo hagamos no deja de ser una decisión personal, sujeta a las capacidades de cada fulano.
¿Acaso me meto yo -me pregunto en esos casos- con lo que cada cual hace con el suyo? ¿Acaso objeto el propósito de los actos de mi prójimo en el desgranar de los segundos?
El tiempo sólo vale lo que vale lo que hacemos mientras transcurre. El tiempo sin propósito, sin acción, no es tiempo, es solo cosmos por el que todavía no pasó el famoso Bosón de Higgs. Por eso, mi tiempo, ahora que lo empleo en concretar ideas, tan evanescentes y livianas, como el aire que me rodea, me sobra –porque existe- y se materializa en estas letras que dedico a todos aquellos que al leerlo dirán, o lo pensarán, aquello de: No sé como tiene tiempo para estas cosas…  

2 comentarios:

  1. Tienes y te sobra el tiempo necesario para entretener, concienciar y cultivar a los que te seguimos y te leemos.
    Un abracito.

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    1. Agradezco Miguel la cortesia de tu ánimo... A fin de cuentas es lo que da sentido al tiempo.

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