SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


domingo, 27 de septiembre de 2015

CATALUÑA… COMO TU


Hoy es un día muy importante para España y para los españoles de todas las Españas. Nuestra historia está salpicada de episodios difíciles, de esos que perforan las entrañas y desgarran el corazón. Nuestro país ha crecido entre guerras intestinas, de sucesión y dinásticas, económicas –siempre que los griegos, fenicios, romanos, cartagineses, vándalos, alanos, árabes –de cualquier etnia o franquicia islámica-, franchutes, ingleses, holandeses o cualquier otro tahúr del Misisipí de turno han querido tomar por asalto las fuentes de aprovisionamiento de nuestra tierra pobre de familia, fronterizas –ya fuera con los hermanos portugueses (que siempre prefirieron al inglés que al de al lado, más bajitos, mucho menos glamorosos y un poco estúpidos al pensar que las chicas portuguesas tienen bigote y pelos en las piernas –completamente falso, se los juro-), los franchutes (que no son muy diferentes a nosotros, salvo por el hecho que son un poquito más altos y feos y le pusieron mejor nombre al guiso de caracoles, a los quesos o al vino que preparan con uvas de cepas idénticas a las de las áridas planicies peninsulares, pero envejecen en barriles de roble mejor cuidado), o cualquier de los países que disputaron los territorios que nosotros también disputábamos, etc, etc, y no extiendo más el argumento histórico ni mi cultivada erudición al respecto…

En todos esos episodios España se ha ido conformando de una u otra forma. Hoy 27S hay elecciones en Cataluña y en ellas los catalanes llamados a las urnas –algo más de cinco millones y medio- deciden no solo su futuro político directo sino el de España toda. Sin opinar hoy sobre lo que me parece el señor Mas y su banda –por no tocar los huevos me refiero a sus comilitones de partido- o sobre el impacto que la segregación de Cataluña de España traería –personas mucho más preparadas que yo lo han hecho sobradamente-, sí expreso mi deseo de que mañana 28S España se despierte íntegra y con la certeza de saber que es necesario hacer reformas constitucionales importantes que eviten un futuro sin Cataluña en el Estado. Eso es mucho mejor que la segregación de los catalanes del resto de los españoles, ya que ellos, a fin de cuentas, son como yo, o como tú…

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