SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


lunes, 23 de abril de 2012

OTRA VEZ A PERDER EL PARTIDO, SIN TOCAR EL BALON…


Eso es lo que he pensado al leer esta mañana el artículo de Roberto Centeno en El Confidencial.
¿Qué le pasa a este emérito de la economía, tertuliano procaz, señor venerable? ¿Será que todavía le escuece que después de su paso por CAMPSAcomo Consejero Delegado no rascara bola en las otras compañías petroleras de la nación? Lo dejo aquí.
Descalifica a todo y a todos, y lo hace con amargura y en esta ocasión al menos con falta de conocimiento y datos. Pensé que cuando llamaba a su sección El Disparate Económico lo hacía por otra cosa… Me gustan más las amables lecciones del Doctor Abadía, Don Leopoldo nunca descalifica a nadie con esa mala leche que usted emplea.
A veces la vida es así, te golean y no sabes por dónde han venido, ni por dónde entraron, pero de ahí a perder el partido sin tocar el balón… Hay diferencia.
Efectivamente Señor Centeno pintan bastos, pero para eso estamos para aguantar la feria como quiere el cielo, que ya escampará…

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