SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


martes, 25 de septiembre de 2012

ESTOS SON MIS PRINCIPIOS. SI NO LE GUSTAN TENGO OTROS. (Groucho Marx)


Quien también dijo: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados” o esta otra, que también tiene su miga: “Yo sólo me siento a la mesa de un político si paga él”.
Aclaro, de ayer a última hora, al socaire del asunto catalán: El PSC acepta un referéndum no vinculante “siempre que se haga conforme a las leyes” y aboga por modificar la Constitución siempre y cuando todos nos pongamos de acuerdo (esto creo que se lo he oido hoy a Valenciano)… Ya se sabe, la alta política es un juego de palabras en el que domina el condicional (rima con Federal).
Lo dicho  “El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio, si puedes simular eso, lo has conseguido”.
Y para finalizar me aplico el cuento: “No sé a qué viene admirar tanto a Moisés por los diez mandamientos. Yo también escribo, y a mí no me sopla Dios el argumento”

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