SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


domingo, 2 de septiembre de 2012

MARIO MORENO “CANTINFLAS”. ESE GENIO ENTRAÑABLE.

De entre la bruma de mis primeros recuerdos surge la imagen de un genio inconmensurable, la imagen de Mario Moreno “Cantinflas”.
Cada película suya es una pequeña, o grande, obra de arte, depende de como se mire, un retrato fiel de su país y sobre todo una exhibición de humanidad y amor por su pueblo, por encima de todo. Es admirable la defensa que hace en cada una de sus películas de la libertad y los derechos del pueblo al tiempo que critica la corrupción política.
A lo largo de estos años he tenido la oportunidad de volver a ver sus películas. Antes de que Internet pusiera a mi alcance su obra en cualquier sitio tuve la suerte de revisitar su obra en la televisión de Galicia durante la década de los noventa, y desde entonces repito ocasionalmente.
Lo cierto es que el tiempo ha dejado en segundo plano, por razones obvias, su indiscutible calidad como cómico, pero a la vez ha magnificado la calidad humana del personaje, el mismo -un pelado, figura habitual en el cine mejicano-, sólo con ligeras variaciones, en cada una de ellas.
Mi homenaje a ese genio, humano como pocos, y entrañable como ninguno… Ojalá nos surgiera en el terruño un cómico de semejante calibre que además sirviera de azote de la corruptela política.  

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