SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


viernes, 11 de mayo de 2012

LA CRISIS Y LA NOVELA DE UN SERVIDOR


Esta mañana no me preocupaba necesariamente –quiero decir que no más que otro día- la Crisis en nuestro país, ni la de Bankia, ni siquiera la de la compañía en la que trabajo. He llegado a acostumbrarme –como todos a mi alrededor- a escuchar las noticias agoreras, tan pertinaces y familiares como el aire que respiro, y que por eso mismo me resbalan por la piel como gotas de lluvia. De cambiar repentinamente la situación podría pensar que estoy soñando, o quizás que me he tele transportado a otro universo.
Sin embargo sí que me ha impactado leer que la Crisis también afecta al sector editorial.
Caramba, ahora que me las veía tan felices publicando la novela, firmando ejemplares en alguna librería de la Gran Vía madrileña, y estampado mis huellas en la solera de la galería de la fama de mi pueblo natal –Linares-.
Y me he preguntado si deberé morir para alcanzar mi lugar en el Parnaso.

Sinceramente, espero que no sea así… Que la sabiduría y sentido de la oportunidad de algún editor haga que la salida de la crisis de su Editorial suponga el triunfo de esta novela y un evidente gesto de que mi querida España está saliendo del túnel.

Si así fuera, en mi próxima novela, incluiré un capítulo titulado “Brotes verdes”. Lo juro, por Tutatis…

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