SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


sábado, 5 de mayo de 2012

LA GRAN EVASION


Puestos a ver películas... La Gran Evasión. John Sturges, 1963. Guión de James Clavell y música de Elmer Bernstein.
Tuve la suerte de que, en mi adolescencia, tenía el acceso libre –una tarjeta regalada por el propietario del local- a uno de los tres cines que había en Linares en los años setenta.
La Gran Evasión fue una de esas películas que pude ver con ocasión de su reestreno en España –ahora esa figura es impensable-. Fui a la sala una y otra vez, creo que la vi, al menos tres veces, las navidades de 1974. Y desde entonces la he visto muchas veces más.
Reforzó mi admiración por Steve McQueen, un actor pleno, capaz de llenar igual un plano largo que uno corto y hacerlo sin abrir la boca. Eso está al alcance de muy pocos. Y me descubrió al Maestro Sturges, sin el cual el cine de acción no sería el mismo.
Es una de esas películas cuyas escenas recreé en mi memoria al llegar a casa, cuya música resonaba en mis oídos al ir a dormir y me hacía sentir que había una vida en la que formar parte de los buenos tenía sus compensaciones aunque tuviera sus peligros.
Te hacía pensar que en la adversidad era posible escapar de ella con planificación, esfuerzo y un pelín de osadía. Y por supuesto si no salía lo volvías a intentar.

¿Os suena, mi estimado Presidente Rajoy? Toca organizar el plan de fuga e intentarlo... En caso contrario queda mucho que tragar...

En la novela he tomado prestada la imagen del falsificador Colin Blythe interpretado por Donald Pleasance... El cegato.  

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