SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


martes, 29 de mayo de 2012

SOLITARIOS Y PERDEDORES

El Crack (ambas las dos) ha sido la que ha ganado el debate interno de esta madrugada. Pugnaba contra El Último Mohicano. El Piojo ha resultado vencedor.



Las dos películas de José Luis Garci ocupan un lugar de honor entre aquellas que guardo en la memoria como joyas del Cine Negro.



A pesar de que el ritmo está quizás un poco “lastrado” por la personal visión que tiene el director madrileño de España, a la que retrata en los azarosos primeros ochenta, por la obligada presencia de María Casanova –un pestiño de cuidado-, el guión –repleto de frases célebres y guiños al cine de los cincuenta-, la fotografía –las estampas de Madrid son muy interesantes, a ratos puedes oler el humo acre que envuelve la ciudad al amanecer, o sentir el frío en las calles por Navidad-, los secundarios de lujo –José Bódalo (El Abuelo), Manuel Tejada, Arturo Fernández, Miguel Rellán (El Moro), hacen de ambas películas dos joyas del Género.

Pero sobre todo la magistral interpretación de Alfredo Landa. Su Germán Areta (El Piojo) es y será el arquetipo de Perdedor Solitario, el héroe decepcionado y sin esperanza que pelea contra todo y contra todos mientras intenta encontrar un hueco. Areta tiene tics de Tony Romano -aunque ni pega, ni bebe, ni liga como este-, frases dignas de Bevilacqua, la mala leche del inspector Méndez y el desapego de Carvalho. Por ponerlo en comparación con cuatro de sus colegas hispanos.

Pintado bebe directamente de Areta, aunque ha salido mejor parado en el físico y transmuta la angustia metafísica del Piojo en esa mala suerte que le persigue con las mujeres… Aunque indudablemente tiene mejor gusto.

Para no perderse las primeras escenas de ambas películas, en la primera el atraco al bar -la voz de José María García de fondo, todo un documento de la época-, en la segunda los chorizos dentro del coche de Areta -repite secundario respecto de la primera, la misma sonrisa imbécil-. 

     

“Mi trabajo es como otro cualquiera: duermo poco, ando mucho, y lo que veo no me gusta…” "Ya sé que tengo cara de idiota, pero me jode la gente que se fía de las apariencias""Mire, este mundo huele muy mal y hace mucho tiempo que está lloviendo mierda. En mi oficio es donde más se nota y si quiere que le diga la verdad, el olor me trae ya sin cuidado." Germán Areta.

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