SINOPSIS



Esta nueva entrega de la saga protagonizada por Ginés Pintado nos introduce en una historia de venganza y corrupción. Elena Carrión –la particular Moriarty de Ginés- hace de nuevo irrupción en escena para desquitarse de su obligada salida de escena en la novela anterior.

Pintado persigue el rastro de su ex mujer desaparecida en Buenos Aires, por Argentina, Bolivia y Perú. Lo inesperado se hace presente cuando la Organización que dirige el magnate Ricardo Sanmartín le obliga a planear un atentado contra un viejo amigo y colega, ahora Ministro del Gobierno argentino.

Una trama ambientada en la Latinoamérica gobernada por las grandes fortunas en la que dos siglos después las familias patricias que protagonizaron la independencia de la metrópolis siguen ostentando el poder. Ahora no sólo ejercen el dominio político y económico, más allá de la corrupción, son los señores del tráfico de drogas y la trata de blancas, con las que se complementan los ingresos de las corporaciones familiares.

La sombra del Cisne Negro es una historia donde la maldad destila la suficiencia del poder y donde la razón no es arma bastante para limitar el daño que aquella produce. Una historia en la que el amor ha dejado su sitio a la soledad permanente del héroe.


miércoles, 30 de mayo de 2012

ESPAÑA: LA GALERA QUE NOS UNE

Decía ayer Monti, el Primer Ministro Italiano, a tenor de los últimos escándalos en el futbol de su país -el fraude entre los tramposos transalpinos es un clásico, una forma de vida- que no sería mala idea suspender las competiciones durante dos o tres años, hasta enderezar la cosa.

Y me he puesto  a pensar -joder lo que duele el tema-, y digo yo, mayormente por ser imaginativo, como los italianos, para que no se diga que los españoles somos menos… ¿Y si suspendemos el Estado de las Autonomías durante un periodo similar? Hasta que la situación se normalice: se controle el déficit público, se reduzca la deuda externa, las empresas recuperen su valor, los trabajadores recuperen sus empleos… hasta que este carajal se arregle y escampe el chaparrón.

Bastaría con dejar a un lado los egoísmos partidistas y locales, recuperar la fe en nosotros mismos, en el valor del esfuerzo y la constancia del trabajo, en remar todos en la misma dirección: Madrileños, Catalanes, Andaluces, Cántabros, Vascos, Asturianos, Gallegos, Riojanos, Navarros, Murcianos, Baleares, Canarios, Valencianos, Extremeños, Manchegos y Castellanos, Melillenses y Ceutís y si se empeñan por qué no hasta los Gibraltareños -de acento gaditano y look frikinglés-. (Espero no haberme dejado a ninguno, lo sentiría de corazón, más que nada por equilibrar esfuerzos)

Y me ha venido a la mente la imagen de una Galera de bancos corridos y remos pesados llamada España…

Igual si España gana la Eurocopa nos convencemos…

Y para no dejar mal sabor de boca Juan Luis Guerra (Se imaginan dos remeros/remeras en el banco...)


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